CSe sabe que arl Gustav Jung ha vinculado el simbolismo hermético de la alquimia en sus principios y operaciones a los procesos psíquicos. El trabajo alquímico es inseparable de la propia transmutación del operador. Según los principios de la mesa esmeralda, lo que se modifica en el exterior modifica el interior y lo que cambia el microcosmos también modifica el macrocosmos (y viceversa). La alquimia se convierte, en esta perspectiva, en una disciplina de trabajo interior, de extracción y sublimación de los componentes que son mercurio, azufre y sal que tienen correspondencias simbólicas con nuestra psique. Este trabajo se realizará sobre la materia prima, la materia prima y materia prima que somos. Esta materia es por definición cruda e imperfecta y debe sufrir una transformación, una transmutación para extraer una sustancia refinada y purificada. Es por eso que describimos la alquimia como una ciencia hermética y secreta que permite transformar el plomo en oro, plata o elixir de larga vida, representado por la piedra filosofal.