LLos ojos del hombre fueron hechos a semejanza del firmamento. De hecho, la pupila del ojo se parece al sol; el color negro o gris que está alrededor de la pupila se parece a la luna, y el blanco que está afuera, a las nubes. El ojo está hecho de fuego y agua. Es el fuego el que le da consistencia y fuerza para existir; el agua le da la capacidad de ver.
Si la sangre se encuentra en exceso en el ojo humano, impide que este ojo vea porque seca el agua que permite la visión; y si la sangre está allí en una cantidad demasiado pequeña, el agua que debería haber dado al hombre el poder de ver ya no tiene esta facultad, porque lo que debe sostener la sangre, como un pilar, lo hace luego predeterminado.
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