Nnuestros maestros siempre nos han dicho que la historia del mundo negro no tuvo un comienzo, porque se remonta tanto al pasado que nos es imposible comprender el principio. Para nuestros contemporáneos, alimentados por el pensamiento occidental dominante, tal afirmación es una fantasía anti-científica ya que la ciencia histórica oficial ya, según ellos, ya ha despejado todos los rincones del tupido camino de nuestro pasado histórico.
Así, el friso elaborado y distribuido por el pensamiento dominante en los cursos de historia dicotomiza el pasado en dos grandes partes bien delimitadas:
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