NEstamos revisando este informe para interesarnos por todo el simbolismo detrás del ojo de Horus. Antes del Diluvio, una civilización llamada los Atlantes era muy avanzada, tanto tecnológica como espiritualmente. Los sacerdotes de Naacal descubrieron que la tierra atravesaba uno de los últimos momentos de uno de sus ciclos y luego predijeron una gran catástrofe. Aunque poco escuchados, comenzaron a construir arcos protegidos por campos electromagnéticos que podían penetrar y destruir toda la materia. A medida que avanzaban hacia el este, la tierra comenzó a temblar en el año 10900 a. C. y borró todos los signos de civilización. Este evento ha sido transcrito en todos los libros sagrados del mundo. Lejos de ser una civilización materialista, vieron el progreso tecnológico en asociación con el grado de evolución del alma.
Para ellos, el Hombre se reencarna repetidamente para desarrollar su alma a través de la sabiduría y el conocimiento en este universo dualista. Es después de muchas vidas que el alma finalmente comprenderá que el equilibrio está en el centro de todo y que todo lo que existe debe ser respetado. Así es como llega a saber que el único sentimiento neutral es el amor. El zodíaco de Dendérah muestra que este aprendizaje corresponde a un ciclo cósmico, es decir doce eras zodiacales. Con una revolución completa, el sistema solar recibe la radiación de cada una de las doce constelaciones y durante esta, el espíritu se reencarna 700 veces en cuerpos con diferentes parámetros cada vez. A lo largo del Nilo existían centros religiosos que se llamaban chakras y que se dedicaban a enseñar una fase de génesis. Cada uno de los cuatro templos estaba dedicado a diferentes fases de la existencia del mismo dios con diferentes nombres y símbolos. Por tanto, todo esto sugiere que en realidad eran monoteístas.
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