La primera estancia de Marcel Griaule con los Dogon dio lugar a una larga serie de obras. Luego, para verificar y confirmar los conocimientos adquiridos, el científico emprendió una nueva misión en 1946. Fue entonces que a través de la voz del viejo cazador ciego, Ogotemmêli, se le reveló un aspecto hasta entonces insospechado de la cultura Dogon.