En 1945, se encontraron manuscritos cristianos primitivos en la pequeña ciudad egipcia de Nag Hammadi. Pero desde entonces, un pesado silencio ha envuelto estos textos, y más aún en el mundo francófono, principalmente porque dan otro punto de vista sobre la historia cristiana en general y sobre ciertos episodios de la vida de Jesús en particular. Por ejemplo, se pasó por alto el Evangelio de María Magdalena, y se necesitó el éxito de El Código Da Vinci para llamar la atención del público sobre estos manuscritos.