LLos ARN del SARS-CoV-2 se pueden transcribir de forma inversa e integrar en el ADN de las células humanas. Hoy en día, se considera que alrededor del 8% de nuestro genoma (ADN) contiene ADN viral, lo que ya sugiere una capacidad natural de nuestro organismo para integrar secuencias de nucleótidos de virus durante la evolución. Junto con este ADN viral, el 17% de nuestro ADN genómico pertenece a una categoría de elementos denominada LINE-1. Los elementos LINE-1 son una fuente potencial de expresión de transcriptasa inversa endógena (que transforma el ARN en ADN complementario). El trabajo de Jaenisch et al. muestran in vitro que el ARN del SARS-CoV-2 puede transcribirse de forma inversa e integrarse en el genoma de la célula infectada.
Investigadores estadounidenses del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han aportado nueva evidencia que sugiere que los genes del SARS-CoV-2 pueden integrarse en nuestro ADN. En un estudio publicado en la PNAS muestran, gracias al cultivo de células en laboratorio, cómo pueden integrarse fragmentos genéticos del coronavirus en nuestros cromosomas. Incluso afirman tener “pruebas inequívocas de que las secuencias del coronavirus pueden integrarse en el genoma”. Esto podría, según ellos, explicar que algunas personas, aunque curadas, vuelvan a dar positivo por SARS-CoV-2 meses después, aunque no hay evidencia de replicación viral.
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